lunes, 30 de marzo de 2015

Repasando la historia: la Declaración de Séneca Falls de 1848.

Elizabeth Cady Stanton fue la ideóloga de la Declaración de Séneca Falls que data del año 1848. Junto con Susan B. Anthony se convirtirían en las referentes del feminismo sufragista norteamericano. A partir de la lectura de la misma podemos dar cuenta de que en pleno siglo XIX, las mujeres no aceptaban pasivamente las desigualdades que sufrían, y eso es lo que nos parece más valioso de esta historia, como de muchas otras historias: en la escuela, nunca nos enseñan los movimientos de resistencia que triunfan, pareciera que lxs oprimidxs aceptaran casi gustosamente, apáticamente, la situación de opresión. Recorrer la historia de las mujeres nos enseña cómo la disputa por la consolidación de la ciudadanía plena, viene de larga data. Y también enseña que si luchamos, si sostenemos la lucha, obtendremos resultados. Y eso es algo que quizá a algunxs no les interesa que se sepa (un ejemplo muy reciente es el Tren de la Libertad español).


Lo que sustenta esta Declaración es la firme convicción de la igualdad entre mujeres y varones, incluso una igualdad que se sostiene desde lo religioso, recordemos la influencia de la mismas en las vidas de mujeres y varones a mitad del siglo XIX: "Mantenemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres y mujeres son creados iguales; que están dotados por el Creador de ciertos derechos inalienables, entre los que figuran la vida, la libertad y el empeño de la felicidad; que para asegurar estos derechos son establecidos los gobiernos, cuyos justos poderes derivan del consentimiento de los gobernados". Incluso en esta frase hay una apelación al contrato social, que en términos de Rousseau y Locke había dejado a las mujeres in derechos de ciudadanía.

Es muy interesante la historización que realiza la declaración de la opresión de la mujer: "La historia de la humanidad es la historia de las repetidas vejaciones y usurpaciones perpetradas por el hombre contra la mujer, con el objetivo directo de establecer una tiranía absoluta sobre ella". A raiz de esta afirmación, se enumeran los derechos de los que fueron privados las mujeres: aunque carente de derechos políticos, sí eran sujetas de obligación respecto de leyes en las que no participaron. Equiparan la institución del matrimonio a una muerte civil, e incluso denuncian que se les ha negado el derecho por antonomasia del sistema capitalista: el derecho de propiedad privada. Así de excluídas se encontraban. Es interesante también la observación que hacen con respecto a los derechos y deberes que se les imponen: "Después de despojarla de todos los derechos como mujer casada, si es soltera y posee fortuna, está gravada con impuestos para sostener un gobierno que no la reconoce más que cuando sus bienes pueden serle rentables". 

Resaltan el tema de la negación del derecho a la educación; y lo que nos parece más maravilloso es cómo dan cuenta de la doble moral o del doble standar que se aplica a varones y a mujeres: "Ha creado (el Estado) un sentimiento público falso al dar al mundo un código de moral diferente para el hombre y para la mujer, según el cual ciertos delitos morales que excluyen a la mujer de la sociedad, no sólo no se toleran en el hombre, sino que se consideran de muy poca importancia en él".

¿Qué demandaban? Pues los derechos y los privilegios que les correspondían como ciudadanas.
¿Qué decidieron? (en líneas generales)
1. Que las leyes contrarias a la felicidad de la mujer son contrarias a la naturaleza. De esto se sigue, suponemos, el permiso para no cumplirlas.
2. Que la mujer, por mandato divino, es igual al varón.
3. Que las mujeres tienen derecho a ser informadas sobre el régimen legal que las rige
4. Que si se supone que la mujer es superior moralmente, debe dársele la palabra públicamente.
5. Que las exigencias que pesan sobre las mujeres, también sean exigidas a los varones.
6. Que no quieren que usen los estereotipos de género para privarlas de voz.
7. Que no se acepta más la pasividad femenina frente a las injusticias
8. Que es un deber de la mujer acceder al voto
"DECIDIMOS, POR TANTO: Que habiendo sido investida por el Creador con los mismos dones y con la misma conciencia de responsabilidad para ejercerlos, está demostrado que la mujer, lo mismo que el hombre, tiene el deber y el derecho de promover toda causa justa por todos los medios justos; y en lo que se refiere a los grandes temas religiosos y morales, resulta muy en especial evidente su derecho a impartir con su hermano sus enseñanzas, tanto en público como en privado, por escrito o de palabra, o a través de cualquier modo adecuado, en cualquier asamblea que valga la pena celebrar; y por ser esto una verdad evidente que emana de los principios de implantación divina de la naturaleza humana, cualquier costumbre o implantación que le sea adversa, tanto si es moderada como si lleva la sanción canosa de la antigüedad, debe ser considerada como una evidente falsedad y en contra la humanidad".

Es muy interesante como esta Declaración, usa los estereotipos de género a su favor, e incluso apela a argumentos que han dejado a las mujeres fuera de la ciudadanía para darlos vuelta y justificar su derecho a que las diferencias no se traduzcan en desigualdades. Simplemente, esta Declaración nos parece maravillosa para documentar cómo las mujeres siempre resistimos la opresión impuesta por el patriarcado. Notese que es del mismo año que el Manifiesto Comunista...pensemos en la trascendencia de ambos documentos...¿qué nos invita a reflexionar?

Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino

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